viernes, 19 de noviembre de 2010

El problema que mas preocupa a la sociedad: La INSEGURIDAD

La seguridad pública se ha constituido en un tema cotidiano y urgente, de singular y trascendente importancia para la sociedad.
En el año 1998 la demanda de seguridad pasó del sexto lugar (que ocupaba en 1997) al segundo; en el año 2010 ocupa el primero quedando atrás la principal carencia y preocupación social: el desempleo. El 82% de la sociedad cree que hay más delitos que hace tres años.
Muchas veces vemos que los responsables del problema reaccionan con respuestas aisladas y meros parches que responden a urgencias y no perciben a la seguridad como un sistema en que se interrelacionan y confluyen diversos factores.
Las respuestas espasmódicas y parciales no son patrimonio de un sector político determinado sino, un modo cultural y simplista de concebir los problemas sociales, menospreciando los abordajes múltiples e interdisciplinarios.
La seguridad debe ser analizada sin condicionamientos dogmáticos. La problemática delictual abarca una gran gama de aspectos y admite distintos puntos de vista.

A los efectos de esquematizar el tema pueden distinguirse cuatro ámbitos en los que se debe desarrollar la actividad del Estado:
1 - Tratamiento de los grupos de riesgo: Se trata de contener a los grupos de personas que por distintos motivos se encuentran mas próximos a cometer delitos: adictos a sustancias, actores en ámbitos de violencia familiar, personas que ejercen la prostitución, niños de la calle, integrantes de grupos juveniles violentos, etc.
2 - Policía: En sus tres dimensiones: disuasiva, preventiva y represiva.
3 - Justicia: Su tarea es esencialmente represiva.
4 - Sistema penitenciario.

La tensión entre libertades individuales y control social ha sido un dilema estructural desde la Revolución Francesa y en todas las democracias actuales se ha convertido en el centro de un debate que abarca desde el Derecho hasta la Ética. Se discuten cuestiones ligadas al agravamiento de los procedimientos penales, mayores facultades policiales, aumento de las penas, etc. Mientras los más conservadores defienden estas medidas, los liberales las rechazan y pretenden mayor libertad individual.
Ninguna de las posturas extremas resulta adecuada. Es necesario preservar integralmente los derechos de las personas y al mismo tiempo darles a los organismos que luchan contra el crimen instrumentos idóneos. Se trata de aumentar la eficacia del sistema policial sin vulnerar las garantías individuales.
Los datos estadísticos muestran a las claras que el problema no consiste en aumentar simplemente las penas, sino en mejorar la eficiencia integral del sistema. Se trata de que los culpables cumplan las condenas.
Es necesario restringir la concesión del beneficio de la excarcelación en casos de reincidencia, siempre y cuando el sistema mejore y se aceleren los procesos. De lo contrario la prisión preventiva se transformaría en condena.
La solución no pasa ni por hacer leyes draconianas ni por considerar que la policía debe tener funciones principalmente preventiva. Es razonable la justa y legitima defensa de los derechos de los imputados pero sin deteriorar la eficiencia del sistema.
Mas allá de discutir si la pena constituye una sanción o un mecanismo de rehabilitación social, no cabe duda que una eficiente represión del delito constituye un elemento disuasorio importante.
En los delitos llevados a cabo por “profesionales”, la posibilidad de ser sancionado es un riesgo mensurable para el autor del mismo. En el otro extremo, es improbable que en un crimen pasional el autor mida las consecuencias penales de su accionar. Empero, en otros delitos, como los relacionados con corrupción, robo, hurto, evasión, etc., la eficacia del sistema represor actúa en forma directamente proporcional con la disuasión.
Prevención y represión son dos caras de una misma moneda y no deben verse como conceptos antagónicos sino complementarios.
También son necesarios planes de prevención de la delincuencia en áreas como minoridad, drogadicción, rehabilitación de condenados, etc.
Asimismo, actúa como disuasiva la presencia física del personal policial en la vía pública.

Muchos son los problemas que conspiran para luchar eficazmente contra el delito:
1 - Corrupción: Los remedios para la lucha contra la corrupción en el Estado en general, son aplicables a los organismos de seguridad.
La vinculacion de funcionarios policiales con actores politicos generan relaciones informales muy peligrosas. Asimismo, se ha detectado la infiltracion de la droga en algunas dependencias. La droga propicia organizaciones delictivas, genera otros delitos y aumenta la violencia de los mismos.
2 – Falta de idoneidad: Si bien hay casos de complicidad de los investigadores, hay muchos casos de destruccion de pruebas por ineficiencia.
La ineficiencia se debe fundamentalmente a la falta de capacitacion de los funcionarios. Es necesario formar una real policia cientifica y una policia de investigaciones.
3 – Falta de coordinacion de esfuerzos: Es notable la superposicion de recursos materiales y humanos en la lucha contra el delito. Se mejoraria sustancialmente el rendimiento, si se incrementase la coordinacion del aprovechamiento de los medios.
Tambien es inadecuada la relacion entre la policia y la justicia dado que no hay retroalimentacion. Cuando la policia detiene al autor de un hecho delictivo y lo pone a disposicion del juez considera al hecho como esclarecido. Sin embargo, en muchos de estos casos no se llega a la condena y si esto se debe a un error policial, estos jamás se enteran dado que la sentencia se dicta años despues.
Paradojicamente, las estadisticas de policia en materia de hechos delictivos arrojan un numero ampliamente superior al de condenados. Esta vision distinta es la que hace que los policias se quejen de la ineficiencia del sistema, como si ellos no formaran parte del mismo.
Los graves problemas que se verifican en el vinculo entre Justicia y sistema de seguridad deben ser resueltos mediante un nexo adecuado entre ambas instancias. Ese nexo no puede ser otro que el Fiscal.
4 – Insuficiencia de instrumentos legales: Es imperioso el dictado de normas tendientes a facilitar y acelerar la resolucion de los procesos judiciales y a liberar de carga innecesaria de trabajo a los jueces.



La seguridad un problema de Todos.

Es imprescindible que el problema de la seguridad sea visto como el de toda la comunidad y, por lo tanto, la misma se sienta involucrada. Es necesaria una fuerte descentralizacion que permita el control ciudadano.
La labor policial es una labor tecnica que debe ser llevada a cabo por tecnicos bajo la conduccion politica de un administrador politico. Debe elaborarse un plan estrategico y fijar objetivos facilmente mensurables que permitan la comparación.
A cada responsable se le deben asignar metas que debera cumplir.
Para la evaluacion de los resultados debera contarse con informacion adecuada para lo que deben realizarse estadisticas internas de la actividad policial con metodología cientifica y encuestas de victimización.
Otro principio basico es que el Estado es responsable de la protección del habitante frente al riesgo normal de una persona común. Por lo tanto, quienes por su especial actividad incrementen el riesgo basico deberan soportar el mayor costo que ello implica.
Las empresas privadas prestadoras de servicios de seguridad son parte integrante del sistema y, por lo tanto, sujetas a normas especificas. Serán responsables de cubrir los riesgos adicionales generados por la actividad de empresas comerciales.

Si bien el objetivo esencial de cualquier sistema de seguridad es la prevención de los hechos que atenten contra el ordenamiento juridico, no es menos cierto que siempre habrá quienes delincan.
La funcion preventiva se encuentra, basicamente, en la atencion de los grupos de riesgo, tarea en la que la policía cumple un papel de apoyo, dado que se trata, en forma prioritaria, de organismos de acción social.
La función policial tiene características de disuación y ello se cumple con la eficiencia del sistema penal y con personal uniformado en la calle.
La confianza en el sistema represor actúa como factor disuacivo. Cuanto más problemas le trae a una persona estar fuera de la ley, más dificil es que quiera estarlo.
La eficaz y adecuada represión del delito no implica el aumento de las penas. Repasando el Codigo Penal se vera lo grave de las mismas. La solución es aumentar la eficiencia del sistema, que el delincuente sienta que tiene un alto riesgo de ser descubierto y condenado: “Que quien cometa un delito sepa que será castigado”.

El Centro de Estudios Politicos y Federales Juan Bautista Alberdi considera liminar al presente documento con la pretencion de iniciar el estudio y la discusión a partir del marco de referencia que expresa. Próximamente se atenderá y profundizará puntualmente las cuestiones referenciadas y propuestas de solución.

Ctes. 5 octubre de 2010.-
Comision de Seguirdad. Coordinador Dr. Gabriel Matta